En un mundo cada vez más frenético y exigente, enero de 2025 ha visto un aumento notable en el número de personas que sufren de trastornos de ansiedad. Entre ellos, las crisis de angustia y los ataques de pánico destacan como dos experiencias intensas que pueden confundirse fácilmente, aunque existen diferencias significativas entre ambas. En este artículo exploraremos estas diferencias detalladamente.
Comprender la crisis de angustia
Definición y características de una crisis de angustia
Las crisis de angustia son episodios comunes que cualquier persona podría experimentar ante una situación estresante. Se definen como una subida rápida e impredecible de ansiedad. Los síntomas pueden surgir repentinamente e incluir palpitaciones, dificultades para respirar y una sensación generalizada de pérdida del control sobre uno mismo.
Síntomas típicos en una crisis de angustia
Aunque los síntomas físicos están presentes durante una crisis de angustia, suelen ser menos intensos que los experimentados durante un ataque de pánico: sudoración excesiva, temblores involuntarios, náuseas o malestar abdominal, entre otros. Sin embargo, la gravedad puede variar mucho dependiendo del individuo y la situación específica.
A partir del análisis del concepto y características inherentes a la crisis de angustia, es esencial entender qué es un ataque de pánico.
¿Qué es un ataque de pánico ?
Definición y características de un ataque de pánico
Un ataque de pánico es una forma más aguda de crisis de angustia. Se caracteriza por ser un episodio de miedo intenso que surge repentinamente. En promedio, la duración de un ataque varía entre 20 y 30 minutos, aunque en algunos casos puede durar desde unos pocos minutos hasta más de una hora. Los síntomas suelen ser más graves e incluyen mareos, dolor en el pecho y sensaciones de despersonalización o desrealización (como si uno estuviera viviendo una experiencia irreal).
Síntomas típicos en un ataque de pánico
Los síntomas experimentados durante un ataque de pánico son a menudo más numerosos y severos que los asociados a una crisis de angustia. Incluyen la miedo a morir o a “volverse loco”, dificultad para respirar, dolor o molestias en el pecho, entre otros. Estas experiencias pueden también provocar ansiedad persistente entre los ataques, a veces asociada con agorafobia.
Con estos conceptos claros, podemos diferenciar entre ambos:
Diferencias clave entre crisis de angustia y ataque de pánico
Gravedad y duración
Mientras que las crisis de angustia suelen ser menos intensas, las personas que sufren ataques de pánico podrían sentirse fuera de control y experimentar síntomas físicos más graves. La duración de un ataque de pánico también tiende a ser más corta, pero más intensa que una crisis de angustia.
Desencadenantes
Las crisis de angustia pueden ser provocadas por factores externos, como una situación estresante específica. Por otro lado, los ataques de pánico a menudo no tienen un desencadenante obvio, lo que puede llevar a las personas que los experimentan a vivir con miedo constante a la próxima crisis.
Después de entender estas diferencias, es importante conocer los síntomas específicos de cada uno.
Síntomas específicos a las crisis de angustia
Cómo se manifiestan
Los síntomas específicos a las crisis de angustia incluyen: palpitaciones, sudoración, temblores o sacudidas involuntarios, sensaciones de ahogo o falta de aliento, dolor o molestias en el pecho. Es importante resaltar que estos síntomas pueden variar en función del individuo y del contexto.
Síntomas distintos de los ataques de pánico
Cómo se manifiestan
A parte de los síntomas mencionados antes, algunas otras manifestaciones que son más comunes durante un ataque de pánico son: miedo intenso e incontrolable, sensación inminente de catástrofe (como si algo terrible fuera a suceder), miedo a perder el control o “volverse loco”, y sensaciones intensas y desconcertantes como desrealización o despersonalización.
Es importante tener en cuenta que la crisis de angustia y el ataque de pánico pueden ser detonados por diferentes factores.
Factores desencadenantes: angustia vs. pánico
Factores externos para las crisis de angustia
En el caso de las crisis de angustia, los factores externos como situaciones estresantes o eventos específicos pueden actuar como disparadores. Por ejemplo, hablar en público, enfrentarse a un examen importante, problemas laborales…
Factores internos para los ataques de pánico
Por otro lado, los ataques de pánico podrían no tener un desencadenante evidente y parecer “sin motivo”. Esto puede causar que la persona viva con el miedo constante a la próxima crisis y evitar ciertos lugares o situaciones por temor a provocar otra.
La última parte del artículo se centrará en cómo manejar estas situaciones.
Cómo reaccionar frente a una crisis de angustia o un ataque de pánico
Estrategias de autoayuda y tratamientos profesionales
Esencialmente, la respuesta más eficaz ante una crisis es entender que uno está teniendo una crisis y no algo más grave como un ataque al corazón. A partir de ahí, técnicas como la respiración profunda y lenta, tratar de mantenerse en el presente (mindfulness) y utilizar afirmaciones positivas pueden ayudar.
También existe ayuda profesional disponible incluyendo terapia cognitivo-conductual, medicación y grupos de apoyo que pueden ser muy útiles para aprender a manejar estos episodios.
En resumen, tanto la crisis de angustia como el ataque de pánico son experiencias intensas pero diferenciables. Comprender sus similitudes y diferencias puede ayudar a las personas afectadas a gestionar mejor estas situaciones y buscar la ayuda adecuada en cada caso. Además, es importante recordar que ambos son tratables con terapias específicas y personalizadas.
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