En los últimos años, el acto de compartir se ha convertido en una habilidad esencial que deseamos inculcar a nuestros hijos desde una edad temprana. Sin embargo, diversos estudios y experiencias de psicólogos sugieren que forzar a los niños a compartir sus juguetes podría no ser la mejor estrategia. En este artículo, exploraremos las razones detrás de esta afirmación.
Comprender el concepto de compartir en niños
El desarrollo normal del compartir
A menudo consideramos el acto de compartir como un indicador de madurez emocional y social en los niños. Sin embargo, es importante entender que el desarrollo normal del compartir no comienza hasta que los niños tienen alrededor de 2-3 años.
Según Laura Markham, doctora en psicología y fundadora de Aha ! Parenting, “Los niños no comienzan a entender el concepto del turno hasta que tienen cerca de tres años”. Por lo tanto, antes de esta etapa, forzar a un niño a ceder sus juguetes puede resultar perjudicial para su comprensión natural del intercambio y cooperación.
Aprendizaje por imitación
Otra forma como los niños aprenden sobre el compartir es a través del aprendizaje por imitación. Observan atentamente cómo interactúan sus padres y otros adultos con ellos y con otros niños. Si ven un modelo generoso de compartir, eso les enseñará más efectivamente la alegría del dar que obligarles a entregar sus juguetes bajo presión.
Este conocimiento nos lleva a comprender por qué es importante el desarrollo social y emocional en los niños.
La importancia del desarrollo social y emocional
Desarrollo de la empatía y el compartir natural
Forzar a un niño a compartir puede enviarle mensajes confusos. Por un lado, le enseña que sus propias necesidades y deseos son menos importantes que las demandas de los demás. Por otro lado, puede hacerle creer que llorar o gritar es una forma aceptable de conseguir lo que quiere.
En lugar de esto, si se les da la oportunidad de compartir voluntariamente, pueden comenzar a desarrollar la empatía y el compartir natural. Esto será beneficioso para su futuro desarrollo social y emocional.
Comprendiendo al otro
Cabe destacar que entre los 2 y 3 años, los niños aún no han desarrollado la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Esta habilidad normalmente surge alrededor de los 4 años. Hasta entonces, forzarles a prestar sus juguetes puede generar frustración y malestar, ya que les resulta difícil entender cómo afectan sus acciones a los demás.
A esta altura probablemente te estés preguntando sobre las razones psicológicas detrás de la resistencia al compartir.
Las razones psicológicas detrás de la resistencia al compartir
Respira y deja espacio
A veces, nuestro instinto como padres nos lleva a intervenir cuando vemos que nuestro hijo se niega a compartir. Sin embargo, los psicólogos recomiendan respirar y dejar espacio. Respetar la necesidad del niño de tener algo para sí mismo es crucial para su desarrollo emocional.
Prevención de conflictos sociales
Además, al evitar forzar el intercambio, estamos ayudando a prevenir conflictos sociales futuros y promoviendo un ambiente de juego más placentero. En un entorno así, los niños se sentirán seguros para expresar sus sentimientos respecto a sus juguetes.
Después de entender las posibles consecuencias negativas de forzar el compartir, consideremos los peligros asociados.
Los peligros de forzar a un niño a compartir
Frustración y resistencia
Cuando les obligamos a ceder sus posesiones, los niños pueden desarrollar una profunda frustración y resistencia hacia el acto de compartir. Esto puede dar lugar a problemas de comportamiento y dificultades en las relaciones sociales en el futuro.
Sentimiento de pérdida
También podemos crear un sentimiento persistente de pérdida en ellos. Los niños pueden comenzar a sentir que siempre están perdiendo algo valioso cuando comparten.
A pesar de estos desafíos, hay maneras efectivas y respetuosas de fomentar el compartir entre los niños.
Alternativas para fomentar el compartir naturalmente
Proporcionar oportunidades de compartir
Podemos darles a nuestros hijos muchas oportunidades para compartir en un ambiente sin presión. Esto implicaría tener suficientes recursos disponibles y permitir que los niños decidan cuándo y con quién quieren compartir.
Poner límites adecuados
También es útil establecer límites claros sobre el comportamiento aceptable alrededor del tema del compartir. Por ejemplo, podemos enseñar a nuestros hijos que está bien decir “no” si alguien les pide prestar un juguete con el que están jugando activamente.
Esperamos que este artículo haya proporcionado una visión clara de por qué es importante fomentar el compartir sin forzarlo.
En resumen, aunque pueda parecer lo contrario, forzar a los niños a compartir sus juguetes puede ser contraproducente y perjudicial para su desarrollo emocional y social. En su lugar, los expertos sugieren fomentar la generosidad mediante el modelado de comportamientos positivos, ofreciendo oportunidades para compartir sin presión y respetando el ritmo individual del niño. De esta forma, estaremos ayudando a nuestros hijos a cultivar una comprensión intrínseca de la empatía y cooperación, capacidades fundamentales para las relaciones saludables en la vida futura.
Como joven medio de comunicación independiente, Sala 24 necesita tu ayuda. Apóyanos siguiéndonos y marcándonos como favoritos en Google News. Gracias por tu apoyo.